19 de junio de 2009

Sacando voces de nuestra cabeza

El diálogo es una parte importante, aunque no imprescindible del cuento. Tiene reglas y cumple funciones específicas, algunas de las cuales están detalladas en el maravilloso libro de Enrique Anderson Imbert Teoría y técnica del cuento.

Veamos sumariamente algunas (*):
  • Organización de la trama.
  • Información y explicación de los hechos a cargo de los interlocutores, con lo que se aligera el material expositivo.
  • Escenificación: similar al teatro.
  • Caracterización: personalidad de los personajes al hablar, o al describir a uno ausente.
  • Excitación a la curiosidad del lector, con pistas, advertencias, promesas.
  • Retrospectiva y presentación: Contar el pasado a la vez que se presenta al personaje.
  • Reducción, en boca de los personajes, de acontecimientos que por estar muy desparramados a lo largo de la trama se pierden de vista: sería, así, una apretada síntesis de la acción.
  • Ambientación: agrega color local, voces características.

Pero, ¿cómo puede escribirse un buen diálogo? A continuación, algunos tips:

  1. Reflexionar: ¿Por qué o para qué estos personajes quieren (o necesitan) dialogar? Hablamos de las motivaciones que llevan a dos personajes en la ficción a entrar en un diálogo. ¿Necesitan intercambiar información? ¿Qué clase de información? ¿Es inevitable que dialoguen porque viven juntos?
  2. Pensar: Para qué necesita el narrador incluir un diálogo (esto se relaciona con lo expuesto aquí (*)). Ésta es una decisión estratégica. Pueden escribirse cuentos sin necesidad de diálogos. ¿Molesta el diálogo el flujo del relato?
  3. También debe pensarse en qué condiciones llegan los interlocutores a ese diálogo. ¿Es la primera vez que dialogan? ¿Hay recelo? ¿Es un diálogo abierto y franco? ¿Qué tipo de emoción embarga a los interlocutores en ese diálogo? ¿Hay relaciones de poder involucradas (uno obliga al otro a entrar en este diálogo)? ¿Hay roles en juego? (diálogos entre un detective y un sospechoso, entre un padre y un hijo, entre un jefe y su secretaria, entre amantes).
  4. ¿Cuál es el escenario donde se desarrolla el diálogo? El entorno a menudo impone un cierto tono a lo que se habla (imagínese un diálogo en una sala velatoria, a cinco metros del cuerpo o, por el contrario, el mismo diálogo dentro de una oficina, o una cancha de fútbol). ¿Cuál es el medio? (diálogo telefónico, chat, carta, cara a cara, por videoconferencia, cada sistema plantea un tono y una forma de dialogar). ¿Hay interferencias y limitantes? (oídos indiscretos, o ruido de fondo, o llamadas telefónicas que hay que atender sí o sí).
  5. ¿Cómo hablan los interlocutores? Una buena ficha de personaje puede ser de utilidad en este caso. Pero, junto con la ficha, es necesario que el escritor interiorice ese personaje: lo escuche hablar.
  6. Los personajes no sólo hablan. Se mueven, dudan, cambian de tono y de emoción en la medida que el diálogo se desarrolla y se revela información. Además, existe un diálogo gestual que tenemos que retratar como apoyatura de lo que los interlocutores dicen.

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